Porque sabemos que no todos tienen la suerte de poder marcharse unos días, así que hemos preparado una selección con los mejores rinconcitos de Madrid donde poder ir y desconectar de la urbe. Los que os quedéis en Madrid (o los que vengáis a verla estos días) tomad nota porque tenéis mucho donde elegir.
La primera parada, más que obligatoria, es nuestro siempre conocido Parque del Retiro. Esas tardecitas en el césped, el lago en el que poder remar un ratito (o que remen otros, y tu a disfrutar de la vida).
¡Si es que en el Retiro se puede hacer de todo! Podrás descubrir el futuro a través de las líneas de tus manos, recibir un reconfortante masaje con las técnicas milenarias del lejano Oriente, escuchar música en vivo, practicar deporte o, simplemente, relajarte bajo un árbol en pleno centro de Madrid en el parque más bello y popular de la ciudad. Lleno de arquitectura increíble, desde su Palacio de Cristal hasta la escultura de Alfonso XII que preside el lago central, pasando por sus fuentes, como la del Ángel Caído; encontrarás mil y una excusa para volver a visitarlo.
¡Si es que en el Retiro se puede hacer de todo! Podrás descubrir el futuro a través de las líneas de tus manos, recibir un reconfortante masaje con las técnicas milenarias del lejano Oriente, escuchar música en vivo, practicar deporte o, simplemente, relajarte bajo un árbol en pleno centro de Madrid en el parque más bello y popular de la ciudad. Lleno de arquitectura increíble, desde su Palacio de Cristal hasta la escultura de Alfonso XII que preside el lago central, pasando por sus fuentes, como la del Ángel Caído; encontrarás mil y una excusa para volver a visitarlo.
Pero no todo en Madrid es el Retiro, hay muchos más parques y jardines que disfrutar aquí. El siguiente en el que nos detenemos es uno de esos rinconcitos que apenas se conoce. El Real Jardín Botánico. Es increíble cómo, a pesar de estar al lado de una de las arterias con más tráfico y afluencia de gente de todo Madrid (el Paseo del Prado) con sólo introducirte en él ya puedes disfrutar de la tranquilidad que te proporciona estar rodeado de tanta naturaleza.
Entre las colecciones del Jardín Botánico, con una historia de más de 250 años, destacan un herbario con más de un millón de pliegos, la biblioteca, el archivo y una muestra de 5.000 especies de plantas vivas. Su invernadero conserva plantas de otras latitudes, desde extrañas orquídeas a plantas carnívoras.
Para los más curiosos, aquí va un dato que seguro que no conocíais. Este jardín Botánico se emplazó en este lugar por orden de Carlos III, el cual quiso crear un lugar en Madrid con el mayor número de ejemplares que pudiera. Y lo más importante, es que declaró que si algún ciudadano necesitaba alguna planta para curarse, o para curar alguna enfermedad, podría cogerla de este jardín.
Entre las colecciones del Jardín Botánico, con una historia de más de 250 años, destacan un herbario con más de un millón de pliegos, la biblioteca, el archivo y una muestra de 5.000 especies de plantas vivas. Su invernadero conserva plantas de otras latitudes, desde extrañas orquídeas a plantas carnívoras.
Para los más curiosos, aquí va un dato que seguro que no conocíais. Este jardín Botánico se emplazó en este lugar por orden de Carlos III, el cual quiso crear un lugar en Madrid con el mayor número de ejemplares que pudiera. Y lo más importante, es que declaró que si algún ciudadano necesitaba alguna planta para curarse, o para curar alguna enfermedad, podría cogerla de este jardín.
La siguiente parada obligatoria, es otro precioso rinconcito de Madrid que pocos conocen. El parque del Capricho, situado en Alameda de Osuna, es uno de esos lugares en los que poder perderte, y si eres aficionado a la fotografía, no olvides tu cámara en casa porque podrás hacer una instantáneas de lujo. Podrás llegar a él de forma cómoda en metro, ya que cuenta con su propia parada de la línea 5 y así no tendrás que preocuparte por donde dejas el coche.
De aire romántico y con cierto sabor francés, estos jardines invitan a agradables paseos los fines de semana. Un laberinto, un palacio, un templete a Baco o un estanque son algunos de los lugares más sorprendentes y caprichosos de uno de los parques más desconocidos.
Este jardín de 14 hectáreas, ubicado en el distrito de Barajas, nace sobre 1784 cuando los Duques de Osuna, una de las familias más ilustradas y poderosas del momento, adquieren esta finca para dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas y para alejarse de la gran ciudad. Fue sobre todo la duquesa, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, la principal impulsora de este parque. Considerada como la mujer más inteligente de la época y protectora de artistas, toreros e intelectuales, creó en la finca un auténtico paraíso artístico-natural frecuentado por las personalidades más ilustres de la época y en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenógrafos con más prestigio.
De aire romántico y con cierto sabor francés, estos jardines invitan a agradables paseos los fines de semana. Un laberinto, un palacio, un templete a Baco o un estanque son algunos de los lugares más sorprendentes y caprichosos de uno de los parques más desconocidos.
Este jardín de 14 hectáreas, ubicado en el distrito de Barajas, nace sobre 1784 cuando los Duques de Osuna, una de las familias más ilustradas y poderosas del momento, adquieren esta finca para dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas y para alejarse de la gran ciudad. Fue sobre todo la duquesa, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, la principal impulsora de este parque. Considerada como la mujer más inteligente de la época y protectora de artistas, toreros e intelectuales, creó en la finca un auténtico paraíso artístico-natural frecuentado por las personalidades más ilustres de la época y en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenógrafos con más prestigio.
Nuestro próximo destino no cuenta con tanta historia y tradición a sus espaldas como los anteriores, pero también se merece una oportunidad.
Porque después de tanto soterramiento y demás obras, por fin podemos empezar a disfrutar de nuestro río Manzanares, y de la zona de Madrid Río. Tras enterrar el tramo de la autovía M-30 paralelo al río Manzanares, se ha creado un gran parque lineal de más de diez kilómetros de longitud que integra la ribera del afluente madrileño en el centro de la ciudad y establece un marco rodeado de vegetación en el que podrás disfrutar de tu tiempo libre.
La zona rehabilitada se extiende por una superficie de 694 hectáreas a lo largo de seis distritos: Moncloa-Aravaca, Centro, Arganzuela, Latina, Carabanchel y Usera. El proyecto Madrid Río se presenta como un gran eje medioambiental, deportivo, lúdico y cultural.
Porque después de tanto soterramiento y demás obras, por fin podemos empezar a disfrutar de nuestro río Manzanares, y de la zona de Madrid Río. Tras enterrar el tramo de la autovía M-30 paralelo al río Manzanares, se ha creado un gran parque lineal de más de diez kilómetros de longitud que integra la ribera del afluente madrileño en el centro de la ciudad y establece un marco rodeado de vegetación en el que podrás disfrutar de tu tiempo libre.
La zona rehabilitada se extiende por una superficie de 694 hectáreas a lo largo de seis distritos: Moncloa-Aravaca, Centro, Arganzuela, Latina, Carabanchel y Usera. El proyecto Madrid Río se presenta como un gran eje medioambiental, deportivo, lúdico y cultural.
En el barrio del Salvador del distrito de San Blas se encuentra La Quinta de los Molinos. Este jardín municipal desconocido por muchos pero considerado Parque Histórico y Bien de Interés Cultural. Al este del casco urbano de Madrid, a la altura del kilómetro 8 de la carretera de Barcelona, se encuentra este jardín de 21,5 hectáreas cuya entrada principal se sitúa junto a la estación de metro de Suanzes. Propiedad del Conde de Torre Arias, en 1920 pasó formar parte del patrimonio de César Cort Botí, profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura. Fue éste quien construyó una finca de estilo mediterráneo con numerosos almendros y olivos, entre otros, y un Palacete de estilo racionalista. La Quinta cuenta con fuentes, albercas, estanques y dos molinos dotados de aeromotores para facilitar la red de riego y que dan nombre al parque: el Molino de la Casa del Reloj y el Molino de la Rosaleda de Palacio.
Contemplar cómo florecen sus numerosos almendros con la llegada de la primavera, un paseo a pie, en bicicleta o acompañado por tus mascotas..., cualquier ocasión es igual de buena para relajarse en este parque madrileño.
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